Lanza | Tomelloso
Crítica Margarita García
Su atracción por el retrato no es baldía , ya que esta artista de Manzanares borda el difícil arte de captar toda la realidad vital y las expresiones más diversas, consiguiendo a través de su mirada sensible que el pincel vaya marcando la ternura, el dolor, la belleza, serenidad o alegría de sus modelos.
Así destacan obras como “Jeanett y el Muñeco”, donde la frescura y vitalidad de la infancia quedan patentes de forma que impresiona y agrada a un tiempo. Su “Maternidad” es todo un cántico a la vida y a la libertad, que desprende igualmente una gran profesionalidad y gusto por los conjuntos nada herméticos y fuera de los empalagosos toques que obras de este tipo suelen presentar. María José apuesta por la Naturaleza y por ende, por lo más natural.
Igualmente en sus retratos titulados “Pensamiento” o “La Mirada”, nos muestra a una adolescente misteriosa y algo triste y a una niña , cuya mirada traspasa el lienzo y se clava en el alma. Otros de sus retratados son la misma alegría plasmada en el momento de su nacimiento o la concentración de un trabajo artesano heredado de los ancestros más lejanos.
Por otra parte Mira presenta en esta interesante muestra una serie muy conseguida y llena de luces, que nos va mostrando distintas escenas de juegos infantiles a la orilla del mar, con imágenes de niños y niñas llenos de dulzura y tranquilidad. Su nueva inmersión en otro tipo de obras nos descubren a una pintora paisajista, pero siempre sin olvidar la figura humana -en este caso infantil- como centro y movimiento de su arte.